Flandes es esa región que ocupa la mitad norte de Bélgica, habitada, entre otros, por los flamencos -¿aves rosas o bailaores?, famosa por su chocolate y su cerveza. Allí está Brujas, y Gante, y Bruselas ¿verdad? Y el Parlamento Europeo. Pero… ¿qué hay en Flandes más allá de los tópicos? ¿Algo realmente interesante? Pues resulta que sí, y mucho. Y aún más en esta época del año, cuando llega la ansiada, esperada y deseada Navidad.  

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Texto: Judit Vela
Fotos y vídeo: Turismo de Flandes y Bruselas

Podemos empezar hablando de Bruselas, la capital belga. De hecho, una de las tres regiones en las que se divide Bélgica es precisamente la Región capital de Bruselas (las otras dos son Valonia y Flandes, de esta última hablaremos más adelante). Para visitar Bruselas hay que olvidarse de cualquier expectativa creada con anterioridad. No vamos a París ni a Roma, por lo que no encontraremos grandes monumentos a cada esquina. Precisamente por ello resulta tan atractiva y única.

De cómics y mejillones

Bruselas son los detalles que encontramos a cada paso. De repente, muros y paredes ilustrados como si fuesen páginas de un cómic de Tintín, de Lucky Luke o de Los Pitufos. Y es que precisamente estos conocidísimos personajes de ficción son creaciones de artistas belgas. En cualquier otro momento, un agradable olor a chocolate que no se sabe bien de dónde procede (aunque no hace falta buscar mucho, las chocolaterías están por doquier). Pero Bruselas (o Flandes, en general) no es solo chocolate. Es también… ¡un plato de mejillones! Y de los buenos. Por algo llaman a Bélgica la capital europea de la gastronomía. El país tiene el récord Guiness del mayor número de restaurantes premiados con estrellas Michelin en relación con su número de habitantes. No nos olvidamos, por supuesto, de sus increíbles patatas fritas o de sus cervezas -pudiendo encontrar cartas con 2.000 tipos de cerveza en un mismo bar-.

Pista de hielo en Brujas, en Navidad

Ciudad de nieve en invierno y niebla en pleno verano, también sol todo hay que decirlo, con tejados y cúpulas que nos hacen creer que estamos en una película de Harry Potter. Antes o después de recorrer sus calles plagadas de pequeños detalles llegamos a la Grand Place. En agosto de cada año par, podemos encontrar una inmensa alfombra de flores que cubre su suelo por completo. En Navidad, los mercados navideños y un espectáculo de luz y sonido diario. Norias y pistas de hielo. ¿Puede imaginarse una estampa mejor? Víctor Hugo, famoso escritor francés, aseguró que no después de quedarse prendado durante su exilio en la capital belga. Ojo, eso sí, con ilusionarse antes de ver el Manneken Pis. Mide 61 centímetros, es pequeño pero a pesar de su tamaño despierta una enorme fascinación. Al encontrarse frente a él, sobretodo si nos lo encontramos con alguno de sus innumerables disfraces uno queda sorprendido, al igual que las decenas de turistas que están constantemente haciéndose selfies alrededor de esa pequeñísima estatua.

¿Demasiado bonito para ser cierto?

Alejémonos del centro, queda mucho por descubrir. Flandes tiene los secretos mejor guardados de Europa: Brujas, Amberes, Gante, Lovaina y Malinas. Quizás hayáis oído que son ciudades turísticas y artificiales. Siempre ocurre cuando vemos demasiada belleza en algo o alguien, dudamos y desconfiamos de ello. Lo que no podemos permitirnos es pensar eso sin saber que estas ciudades están así desde el medievo. Son, simplemente, así de hermosas. Las piedras de sus edificios han visto crecer a generaciones y generaciones, pero siguen resquebrajándose y envejeciendo con elegancia –como el buen vino-.

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Casas típicas de Flandes

Brujas

Brujas es sinónimo de quedarse sin palabras desde el minuto 1. Amor a primera vista -o visita, más bien-. Nadie se arrepiente de visitarla, ya sea andando, en carroza, bicicleta o barca. El único riesgo que corremos es que nuestra cámara se quede sin batería de tanto disparar. Sus librerías, puestos y pequeños puentes nos hacen sentir que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo. La armonía y la paz son posibles a pesar de estar rodeados de viajeros provenientes de todo el globo. En Navidad se cuadruplica la sensación. Un festival de esculturas de hielo y nieve, un vino caliente con especias llamado Ghluwein o una subida de 366 escalones para contemplar las vistas de la ciudad, todas ellas experiencias que solo viviremos allí.

Gante

Puede pasar, como en cualquier lugar del mundo, que lleguemos a Gante y estén rodando una película en su plaza principal. Si pasa, puedes incluso sentirte orgulloso de estar allí y poder ver a extras paseándose en ropas medievales. Si no pasa, tienes toda la ciudad para recorrerla a tus anchas. La revista Lonely Planet la catalogó en 2011 como uno de los mejores destinos del mundo. Werregarenstraat, un poco difícil de pronunciar, es una calle exclusiva para los graffiteros y una visita curiosa para el viajero. En ella los artistas se expresan como quieren. Algo muy diferente encontraremos en los famosos beatarios, monasterios en los que habitaban las llamadas beguinas (mujeres que dedicaban su vida a Dios). Gante posee tres de ellos reconocidos por la UNESCO. Del 4 de diciembre hasta el 3 de enero podemos disfrutar también de mercadillo navideño y pista de patinaje.

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Brujas, la ciudad más famosa de Flandes

Lovaina

LovainaMalinas o Amberes. Lovaina es la primera, ciudad universitaria de Flandes por excelencia. Erasmus de Rotterdam impartió clases en ella. No sabemos si en aquella época los estudiantes eran como el prototipo que representa una de las estatuas más famosas de la ciudad: un joven leyendo un libro mientras vierte sobre sí mismo una jarra de cerveza. Dejando eso a un lado, no podemos hacer más que preguntarnos por qué no es tan famosa como Brujas o Gante. Probablemente tenga el ayuntamiento gótico más bello y famoso del mundo. Además, todo su casco antiguo está cerrado al tráfico. Las pequeñas construcciones rústicas de madera donde podemos encontrar decoraciones artesanales y degustaciones gastronómicas harán de nuestra visita navideña una auténtica delicia.

Malinas

Malinas, por su parte, es la más pequeña de las ciudades de arte flamencas y fue capital de los Países Bajos. Pequeña pero matona, con una catedral cuya torre mide 97 metros de altura. Hay que tener ganas -y tiempo- para subir sus 500 escalones. Eso sí, la recompensa es más que satisfactoria.

Amberes

Y qué decir de Amberes, ciudad de la moda, de los diamantes y de Rubens. Si se llega a esta ciudad en tren, lo cual es muy recomendable puesto que la ferrocarriles belgas unen de forma cómoda, rápida y, sobretodo puntual, todas las ciudades flamencas, quedaremos maravillados por su estación, en la que los andenes están situados en diversos pisos. Solo salir de ésta nos toparemos con el magnífico museo del Diamante. Sus amplias calles comerciales y su preciosa plaza Mayor rodeada de edificios gremiales de los siglos XVI y XVII, es una auténtica joya. Todo el centro de la ciudad es como un centro comercial que acoge las mejores tiendas y boutiques. Como en el resto de las ciudades de arte flamencas, del 5 de diciembre al 3 de enero, Amberes acoge los preciosos y entrañables mercados navideños tradicionales en Flandes.

Flandes en Navidad

Podríamos seguir viendo ciudades. Podríamos quedarnos muchos más días, aunque siempre habrá tiempo para volver. De momento, nos conformamos con vivir la magia que invade las ciudades de Flandes en la época Navideña, entretenernos entre las paradas de decoración navideña de sus mercadillos, divertirnos en sus pistas de patinaje, subir a norias gigantes... ¿El único deseo? Poder regresar. ¡Salud!

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Todos los padres a quienes gusta viajar saben que no es lo mismo viajar solos que hacerlo con, pongamos por caso, un par de niños de 11 y 7 años. Viajar con niños implica de entrada una preparación mucho más rigurosa del programa. No tanto en lo que respecta al alojamiento, que también, sino a las actividades que se van a realizar en el transcurso del mismo.

Texto y fotos: Josep Maria Serra

Índice viajar a Flandes con niños

Viajar a Flandes con niños

Para viajar a Flandes con niños, lo mejor es empezar los preparativos, semanas o meses antes del día de la partida, y hacerlo con la colaboración de los pequeños. Es interesante plantearles alternativas y darles ideas que a ellos les puedan interesar, y que sean ellos mismos los que decidan a dónde ir y qué visitar. Para elegir bien se les puede proponer que busquen en internet las webs de los lugares que en principio les han gustado y comprueben si los atractivos que les ofrecen son de su agrado. Este proceso, si se hace con tiempo, hará que los niños se acaben ilusionando y consideren que el viaje también es algo suyo, algo que ellos han decidido.

En Bélgica, Flandes y Bruselas son un buen banco de pruebas para organizar un viaje con niños.

La oferta es amplia, las comunicaciones cómodas y la comida suficientemente variada como para satisfacer el paladar del pequeño más exigente.

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La Gran Place de Bruselas

Bruselas es capital

Nuestro viaje por Bélgica empieza en Bruselas, la capital belga. Y lo primero obviamente es la visita a la Grande Place, que impresiona. Muy cerca está el Manneken-Pis que, si tenemos la suerte de encontrarlo disfrazado, llamará la atención a toda la familia y si está desnudo también. Siempre podemos ver los disfraces en las postales que venden en todas las tiendas de los alrededores.

Si tenemos la suerte (mucha suerte) que a los niños les gusten los mejillones, Bruselas es su ciudad y las callejuelas de los alrededores de la Grand Place el mejor lugar para comerlos. Precisamente en algunas de estas callejuelas más de un niño hallará similitudes con el callejón Diagon de Harry Potter. Bruselas es además, la ciudad de Tintín y el Centre belge de la Bande Dessinée, o museo del cómic, es otra de las citas obligadas en la ciudad.

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El Manneken-Pis, en Bruselas
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Centre belge de la Bande Dessinée

No puede faltar en nuestro programa el Museo de los Niños. Un espacio interactivo con múltiples actividades para los pequeños. A los más aventureros se les puede plantear una visita al Muséum des Sciences Naturelles de Belgique en el que, entre otras actividades, podrán participar en talleres para aprender a hacer fuego como nuestros antepasados prehistóricos o para construir armas. Antes de emprender el viaje es imprescindible consultar la Gazzete Kids, una publicación trimestral con todas la propuestas culturales y de ocio para familias.

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El mundo de Kina: el Jardín

Gante, ciudad medieval

No muy lejos de Bruselas tenemos la preciosa población de Gante. Su gran densidad de edificios históricos, una intensa vida cultural y una situación privilegiada, entre Brujas y Bruselas, a 50 km de cada una de ellas la convierte en una cita imprescindible en nuestro viaje. Solamente paseando por sus calles o visitando el castillo (y su sala de tortura) los pequeños ya disfrutarán de lo lindo. Pero un buen y sorprendente complemento lo tenemos en El mundo de Kina: el Jardín. Aquí encontraremos enormes arañas vivas y muy peludas (todas hembras) con nombres de princesas, también un pequeño y muy didáctico museo de la naturaleza, 1.000 variedades de plantas y una colonia de abejas.

 

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Una de las atracciones infantiles del zoo Planckendael, de Malinas

Malinas y su zoo

Tampoco podemos dejar de visitar Malinas. Se trata de otra de estas ciudades flamencas llenas de edificios preciosos, y con un par de atracciones que los pequeños no olvidarán: el Museo del Juguete, con una colección permanente y exposiciones temporales, y el parque zoológico de Planckendael, ideal para visitar en familia. Es un gran zoo organizado por continentes. En Asia, por ejemplo, podremos ver gibones, serpientes y ratas, camellos o pandas. Y entre un continente y otro, atracciones para niños de lo más divertidas como un camino entre árboles con pasarelas colgantes que sin duda fascinaran a los niños, o los tipis que encontramos en América.

Es un parque muy limpio en el que la naturaleza se presenta no del todo “domada” lo que sin duda resulta de lo más atractivo.

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Serpentarium

Blakenberge, ciudad costera

Otra población con interesantes atractivos para los pequeños es Blankenberge. Está situada en la costa norte y tiene un paseo marítimo a modo de dique para contener las altas mareas de la zona. Precisamente en el paseo marítimo, los aficionados a los animales encontrarán el Serpentarium. Se trata de un pequeño, pero completo y muy bien cuidado zoológico en el que se pueden admirar hasta 250 animales de 100 especies diferentes. Hay anfibios, insectos, arañas y en especial serpientes venenosas que son la especialidad del centro, como las serpientes de cascabel, las víboras o las cobras.

Toda la instalación está pensada para que los animales sean siempre visibles y, sobretodo, para que los niños lleguen a las vitrinas.

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Un grupo de niños disfruta en el tanque de la rayas

Otra maravilla que nos ofrece esta población es el Nacional Marine Park SeaLife, una gran instalación con más de 2.500 animales procedentes de los siete mares que, recientemente, ha incorporado una sección íntegramente dedicada al mundo de los pulpos. Un gran acuario con rayas y tiburones gato que se dejan tocar es otro de los atractivos del SeaLife.

A Amberes, mejor en tren

Si se llega a Amberes en tren lo primero que sorprende es la estación. Se trata de un gran y antiguo edificio que ha sido modernizado con andenes situados a diversas alturas. Realmente espectacular. Al salir de la Estación Central nos situamos en la plaza Astridplein donde está el Museo de los diamantes, el acuarium Aquatopia y, a la derecha según se sale de la estación, el zoo de la ciudad. Amberes es una gran ciudad portuaria que siempre ha destacado por ser uno de los mayores centros de talla y comercio de diamantes lo que se nota en la cantidad de tiendas que los venden.

Las calles de Amberes están llenas de comercios, y también de heladerías con las que los pequeños más golosos disfrutaran de lo lindo.

Volviendo a la plaza Astridplein recordemos que ahí tenemos Aquatopia, un gran acuario dividido en siete mundos, en el que podemos visitar desde los manglares hasta los mares tropicales o los arrecifes coralinos. Y el zoo de Amberes, uno de los más antiguos del mundo puesto que abrió sus instalaciones en 1843.

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Uno de los canales de Brujas

Brujas, canales y chocolate

Y nada mejor para finalizar nuestro viaje con niños por Flandes que Brujas, la Venecia del norte. Una ciudad medieval llena de canales que pueden recorrerse a bordo de alguna de las numerosas embarcaciones que ofrecen el servicio.

Brujas es una ciudad tan bonita y tan sugerente que pasear por sus calles ya justifica la visita.

La imaginación de los niños pondrá el resto. Sin embargo también podemos darles alguna idea a los pequeños, como el Museo del chocolate, en el que no tan solo conocerán la historia de este alimento sino que podrán ver en directo cómo hace bombones un maestro chocolatero y probarlos a continuación. No hay que olvidar que en Flandes el chocolate es algo que se toman muy en serio. Y si les gusta más lo salado en Brujas tenemos el Friet Museum o el museo de la patata frita, cuyo slogan es “van patat tot friet”, es decir, “de patata a frita” y en el que se muestra la historia de la patata y de la patata frita.

Las mejores agencias de viaje para ir a Flandes en familia

Bélgica es un país en el que es muy fácil organizarse uno mismo el viaje. Sin embargo si uno quiere el máximo de comodidad, proponemos tres viajes a Flanes organizados por agencias:

Tourist Forum

Flandes en tren
Visitas: Bruselas, Amberes, Gante y Brujas. 7 noches. Salidas diarias. Desde 459 euros. Incluye vuelos, alojamiento y billetes de tren.

Esta agencia está especializada en Viajes a tu aire. Proporcionan lo básico (transporte, alojamiento, recorrido recomendado…) y después cada uno organiza las visitas y el ocio. En este caso proponen una ruta por las principales poblaciones de Flandes en tren (ver más).

Tourist Forum
(foto: Tourist Forum)

Trip Trup

La ruta más dulce. Flandes para familias
Visitas: Gante, Bruselas y Brujas. 4 días/ 3 noches. 525 € adultos + 250 € menores. Incluye vuelos, alojamiento y billetes de tren.

Esta agencia especializada en viajes en familia tiene esta propuesta para viajar a Flandes con niños y visitar los lugares más emblemáticos y apropiados para os pequeños (ver más).

Trip Trup
(foto: Trip Trup)

Baraka Club de Viatges

Flandes
Vistas a: Bruselas, Amberes, Gantes y Brujas. 5 días. 1.660 euros. Incluye vuelos, alojamiento, comidas y cenas, y transporte.

Esta agencia propone un intenso recorrido de cinco días con prácticamente todo incluido. Probablemente no es la mejor elección si se viaja con niños pequeños, pero si estos ya son un poco mayores es una propuesta a tener en cuenta (ver más).

Además de estas propuestas para conocer Flandes y Bruselas no hay que olvidar que la mayor parte de agencias mayoristas de viajes y touroperadores tienen variedad de circuitos organizados por la zona..

flandes Bélgica / Flandes La tradicional separación entre valones y flamencos en Bélgica queda claramente expresada en sus páginas turísticas. Una para valones y otra para flamencos, aunque ambas regiones, obviamente, incluyen información sobre la capital, Bruselas. La página de Flandes contiene abundante y completa información turística y práctica, con una completa base de datos para encontrar alojamientos. Está en castellano y catalán entre otros idiomas.

Comentario realizado el 12 de febrero del 2015